Pabellón de la Sed. Zaragoza
DESCRIPCION
La Exposición Internacional del Agua de Zaragoza, celebrada durante los meses de verano de 2008 a orillas del río Ebro, requirió la creación de recintos para albergar los contenidos expositivos.
Uno de estos recintos, situado en el área denominado Plazas Temáticas, tenía por misión mostrar al público la necesidad de agua por parte del hombre, y las consecuencias sufridas por la naturaleza para satisfacer esta. Esa necesidad da nombre al Pabellón de la Sed.
Externamente, el Pabellón ideado por el arquitecto Enric Ruiz-Geli, es como una gran mórula, en la que cada blastómero es como una gran gota de agua. Estas gotas de agua se materializaron mediante colchones de ETFE bicapa, con la lámina externa transparente y plateada la interior, siendo la ingeniería de estos colchones desarrollada por Arenas&Asociados.
Para ello, se planteó un edificio cerrado sobre sí mismo, un casquete esférico de 46 m de diámetro en planta y una altura de 16 m, el cual se asemejaba a una gran mórula, estando compuesta exteriormente su piel por una macro retícula “porosa” de paneles de poliéster reforzados con fibra de vidrio, siendo ocupados dichos “poros” por colchones de ETFE.
El número total de colchones de ETFE ascendía a 82, siendo todos ellos de diferentes dimensiones entre sí. Básicamente podría decirse que eran de sección circular, oscilando su diámetro entre los 2.8 y los 9.8 m; manteniendo, eso sí, en todos los casos una relación flecha-luz de 0.15 para cada una de las capas que componían el mismo.
El número total de colchones de ETFE ascendía a 82, siendo todos ellos de diferentes dimensiones entre sí. Básicamente podría decirse que eran de sección circular, oscilando su diámetro entre los 2.8 y los 9.8 m; manteniendo, eso sí, en todos los casos una relación flecha-luz de 0.15 para cada una de las capas que componían el mismo.
Cada una de las dos capas del colchón tenía un espesor de 200 µm, siendo la exterior transparente y la interior plateada, con lo que se lograban reflejar los rayos del sol, dotando al Pabellón del aspecto de un conjunto de gotas de agua.
Los colchones se hincharon a una presión de 30 kp/m2, con la cual se lograban resistir todas las acciones externas sin pérdida de tensión o tensiones excesivas en las capas componentes del mismo.
La idea inicial era cubrir el Pabellón con una costra de sal, para lo que se dispusieron difusores de agua con salmuera, pero finalmente, durante la Expo, la sal no agarró y se dejó de vaporizar dicha agua.
Al terminar la Expo, el Pabellón fue desmantelado, pero ha sido reconstruido en Valladolid, suprimiendo los paneles de poliéster reforzado con fibra de vidrio.